Un cuento de Mario Benedetti para hacer intertextualidad con los formatos trabajados anteriormente y seguir con "La Locura" en la literatura de 5º año
LA LOCURA Y EL AMOR
Cuentan
que hace muchísimos años se reunieron algunos sentimientos y algunas cualidades
del hombre. Cuando el Aburrimiento bostezaba por tercera vez, la Locura
propuso: vamos a jugar a las escondidas. La Intriga se levantó extrañada, y la
Curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Y eso, cómo es?
“Es un juego en donde yo me tapo la cara
y comienzo a contar, desde el uno hasta un millón, mientras ustedes se
esconden. Cuando termine de contar, los buscaré hasta que los encuentre”,
explicó la Locura. El
Entusiasmo bailó de contento y la Alegría dio saltos que terminó de convencer a
la Duda, e incluso a la Indiferencia, a la que nunca le interesaba nada. Pero
no todos quisieron participar. La Verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué?, si
al final siempre la hallaban. La soberbia pensó que era un juego muy
tonto. En el fondo lo que le molestaba era que la idea no había salido de ella.
Y la Cobardía prefirió no arriesgarse. La Locura rápidamente comenzó a contar. La
primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre, se dejó caer en la
primera piedra que encontró. La Envidia se fue detrás del Triunfo, quien
por su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La
Generosidad casi no alcanzaba a esconderse. Cada sitio le parecía maravilloso
para alguno de sus amigos. El lago cristalino para la Belleza. La hendija de un
árbol era perfecta para la Timidez. Una ráfaga de viento le parecía magnifica
para la Libertad. Por fin después de pensar primero en todos, la
Generosidad terminó ocultándose en un rayito de sol. El Egoísmo, en cambio, encontró un
sitio muy bueno desde el principio. Era ventilado, cómodo, pero solo para él. La
Mentira se escondió detrás del arco iris. Y la Pasión y el Deseo, entre los
volcanes. Cuando
la Locura ya casi terminaba de contar, el Amor aun no había encontrado un sitio
para esconderse, pues todo estaba
ocupado. Hasta
que al fin vio un rosal y decidió esconderse entre sus flores. “¡Un millón!”,
dijo la locura. Y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la Pereza que
estaba a sólo tres pasos. A la Pasión y el Deseo, los sintió en el vibrar de
los volcanes.En un descuido encontró la Envidia. Y claro también encontró al triunfo.
Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, pues el solito salió de su escondite que
resultó ser un nido de avispas. La Locura de tanto caminar sintió sed, y
al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Encontrar
a la duda fue mucho más fácil. La encontró sentada aún sin poder decidir a
donde se iba a esconder. Así
fue encontrando a todos. El Talento estaba entre la hierba fresca. La Angustia,
en una oscura cueva. La Mentira, detrás del arco
iris.
Y hasta encontró el Olvido, que se había olvidado que
estaba jugando a las escondidas. Pero
sólo el Amor no aparecía por ningún lado. La Locura busco detrás de cada árbol,
bajo cada arroyo de la tierra, en las cimas de las montañas.
Y cuando estaba por darse por vencida, vio el rosal. Tomó un pequeño palo y comenzó a mover las ramas. De pronto escuchó un doloroso grito.Las espinas habían herido los ojos del Amor. La Locura no sabía que hacer para disculparse. Lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió acompañarlo siempre.
Y cuando estaba por darse por vencida, vio el rosal. Tomó un pequeño palo y comenzó a mover las ramas. De pronto escuchó un doloroso grito.Las espinas habían herido los ojos del Amor. La Locura no sabía que hacer para disculparse. Lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió acompañarlo siempre.
Desde
entonces el Amor es ciego y la Locura siempre lo acompaña.
Por eso dicen que “AMAR ES UNA LOCURA, A MENOS DE QUE SE AME
CON LOCURA”
Gracias por aportar Mónica, muy buen post.
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